«María al pie de la Cruz» (Traducción del Stabat Mater) - Carlos A. Sáenz (1895-1976)
En la festividad de Nuestra Señora de los Dolores…
¡Oh, qué tristeza infinita
la que aflige a la bendita
Virgen Madre de Jesús!
¡qué terrible sufrimiento
el de asistir al tormento
del Hijo amado en la cruz!
¡La Virgen de los Dolores!...
¿y es posible que no llores
al verla sufrir así?
¿puedes quedar impasible
ante dolor tan terrible
sin tomarlo para ti?
Por los pecados del mundo
ve a su Hijo moribundo,
sometido a la tortura;
ve expirar abandonado
a quien por todos se ha dado,
objeto de su ternura.
¡Madre!...madre del amor,
hazme sentir tu dolor,
haz que me asocie a tu duelo
para que mi amor se encienda
y esa tal sea la ofrenda
que te ofrezca mi consuelo.
No me rechaces, Señora,
déjame llorar ahora,
déjame gustar la hiel,
ser portador de la muerte
de Cristo y unir mi suerte
a la sacra muerte de Él.
Que con sus llagas me llague,
que con su sangre me embriague
para alejarme del vicio,
y me libre de las llamas
por ti, por lo que tú clamas,
en el gran día del juicio.
Cuando ocurra mi partida,
Señor, por tu bendecida
Madre dame la victoria,
y caído el cuerpo muerto
haz que mi alma arribe al puerto,
de la gloria, Amén
* En «Tomad Señor y recibid - Vademecum del ejercitante» - Ediciones Mikael - 3a edición 1983, Entre Ríos - Argentina.
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