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Mostrando las entradas de agosto, 2021

«La nación exploradora» - Charles Fletcher Lummis (1859-1928)

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Ante recientes declaraciones del renegado presidente López Obrador, aquí va un pequeño fragmento de un gran libro, obra  de un «yankee» y encomio de la Conquista de España en América, particularmente en Norteamérica y en  Méjico. Para el lector que lo desee, «Decíamos ayer...» ofrece el libro completo, que podrá descargarse al pie de la página.   Es ya un hecho reconocido por la historia que los piratas escandinavos habían descubierto y hecho algunas expediciones a la América del Norte mucho antes que pusiera su planta en ella Cristóbal Colón. El historiador que hoy considere aquel descubrimiento de los escandinavos como un mito, o como algo incierto, demuestra no haber leído nunca las sagas. Vinieron aquellos hombres del Norte, y hasta acamparon en el Nuevo Mundo antes del año 1000; pero no hicieron más que acampar; no construyeron pueblos, y realmente nada añadieron a los conocimientos del mundo; nada hicieron para merecer el título de exploradores. El honor de dar América al mundo

«San Martín y la Religión» - Jordán Bruno Genta (1909-1974)

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Resulta ocioso discutir si el general San Martín era un católico ferviente o un simple deísta. Es un asunto reservado al juicio de Dios y no es discreto que los hombres demoren su turbia mirada de interés o de pasión, en el alma del prójimo. Lo que podemos y debemos juzgar es la conducta pública de las personalidades históricas. Y en tal sentido, es indiscutible que el Libertador General José de San Martín, ha sido un dechado y ejemplo de caballero católico, mariano, hispánico. La herencia sanmartiniana recibida por las Fuerzas Armadas de la Nación, se define en la más pura continuidad espiritual con la cristiandad occidental. Por otra parte, se confirma con nitidez inconfundible en el apoyo total y decidida colaboración a la política de Rosas, restaurador de las antiguas costumbres, unificador de la Nación y defensor de la soberanía fundada por su espada. El P. Guillermo Furlong ha documentado exhaustivamente la definición católica, apostólica y romana del general San Martín [1]

«La dormición de la Madre de Dios» - San Juan Pablo II (1920-2005)

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1. Sobre la conclusión de la vida terrena de María, el Concilio cita las palabras de la bula de definición del dogma de la Asunción y afirma: «La Virgen inmaculada, preservada inmune de toda mancha de pecado original, terminado el curso de su vida en la tierra, fue llevada en cuerpo y alma a la gloria del cielo» ( Lumen gentium , 59). Con esta fórmula, la constitución dogmática  Lumen gentium , siguiendo a mi venerado predecesor Pío XII, no se pronuncia sobre la cuestión de la muerte de María. Sin embargo, Pío XII no pretendió negar el hecho de la muerte; solamente no juzgó oportuno afirmar solemnemente, como verdad que todos los creyentes debían admitir, la muerte de la Madre de Dios. En realidad, algunos teólogos han sostenido que la Virgen fue liberada de la muerte y pasó directamente de la vida terrena a la gloria celeste. Sin embargo, esta opinión era desconocida hasta el siglo XVII, mientras que, en realidad, existe una tradición común que ve en la muerte de María su introducci

«Analogía de la Historia- La Reconquista» - Federico Ibarguren (1907-2000)

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En un nuevo aniversario de la heroica Reconquista de Buenos Aires... El equilibrio pactado en Utrech (1713) se hizo a costa de la seguridad de España y en beneficio efectivo de la piratería inglesa. La influencia monopolizadora del naciente capitalismo anglosajón tornóse más notoria, en el Río de la Plata, a partir de 1750. Y así fue. Porque en definitiva, la creación del Virreinato del Río de la Plata y la paz de San Ildefonso con Portugal no amenguaron la influencia de Inglaterra en estas latitudes. Por el contario, el Reglamento del Comercio libre promulgado por el virrey en 1778 y las facilidades otorgadas al comercio exterior en 1791 y en 1795, permitieron a los barcos ingleses que antes hacían el contrabando por la Colonia, entrar directamente al puerto de Buenos Aires sin resistencia alguna. Había llegado el momento oportuno que buscaba pacientemente S.M.B. desde la caída de los Austrias. A partir de entonces, comenzaron a barajarse toda clase de proyectos oficiales y oficio

«Virtudes para los tiempos de espera» - Juan Carlos Goyeneche (1913-1982)

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La Argentina es un misterio. Es una vocación superior hoy oculta para muchos que en otros tiempos vislumbraron para ella espléndidos horizontes, a ratos servida imperfectamente por aquellos que sin desconocer su destino han sido ganados por el desánimo y, aunque siempre fue afirmada con fidelidad por unos pocos «inasequibles al desaliento» , siempre también hasta ahora, fue traicionada por quienes desde los puestos de mando ignoraron la índole de su grandeza, o, en muchos caso, la comprendieron demasiado. Desde hace años, casi todos –hombres dirigentes, circunstancias adversas, conductas públicas, ideas imperantes– fueron conduciendo la vida social argentina hacia un callejón sin salida: el callejón de la desesperanza. En él la idea de gobierno, la idea nacional y la idea de autoridad se encontraron paradójicamente asfixiadas por un régimen que se denominaba «liberal» , hasta un punto que su permanencia atentaba contra la continuidad espiritual de la Nación. Sin embargo, la Argentina