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Mostrando las entradas de octubre, 2023

«Íconos» - Carlos A. Sáenz (1895-1976)

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Arte religioso es una expresión ambigua. Si acentuamos en ella el vocablo «arte», expresamos una verdad pleonásticamente, pues el arte que no comunica con el misterio no es arte, y si comunica con el misterio es religioso. El tema, para esto, no tiene importancia. El acento sobre la palabra «religioso» nos da este otro sentido: el arte de hacer un objeto religioso. El obrero del primer arte se llama artista. Al obrero del segundo podemos llamarle artífice. Aquél trabaja solo. Éste ejecuta un pensamiento teológico. El objeto religioso es debido a la colaboración de un teólogo y de un artífice; y sólo alcanza su perfección si el teólogo sabe imponer a su teología una cierta «conversio ad phantasmata» [1] , y si el artífice posee las virtudes del artista. El objeto religioso (ícono, edificio, música) está destinado a recibir una vida sacramental, y debe proporcionarse a ella. La palabra «símbolo» es pobre para expresar ese misterio. La noción de sacramentalidad puede ser entregada en un

«20 años de democracia» - Víctor Eduardo Ordóñez (1932-2005)

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En el 2003, a los 20 años de la llamada «vuelta de la democracia» en la Argentina, fue publicado este artículo que, en muy breve pero sustanciosa síntesis, analiza ese tiempo transcurrido. Ahora, a 20 años de ese análisis, a 40 de aquel engendro electoral, y en medio -¡una vez más!- de la gran farsa partidocrática de siempre, reproducimos la misma nota que muestra de un modo patente, más allá de los nombres y circunstancias, propios de ese momento, que nada, absolutamente nada, ha cambiado. Veinte años de decadencia y de desencuentros. Se cumplieron efectivamente dos décadas del advenimiento del régimen partidocrático –que aquí se hace llamar democracia precisamente– y su balance en sentido literal no puede resultar más negativo. Tan es así que, si bien fue recordado, como no podía ser menos, no fue celebrado. Pareciera como si un extraño e inédito pudor hubiera hecho reflexionar a los operadores políticos –o sea, sus únicos beneficiarios– y los llevara a guardar silencio o a bajar l

«Discurso del 12 de octubre» - Edmundo Gelonch Villarino (1940 -2018)

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En el «Día de la Hispanidad», y en un nuevo aniversario del descubrimiento de América y del comienzo de su conquista y evangelización por parte de España, vayan estas esclarecedoras palabras de un argentino con antigua e hidalga genealogía hispana, como homenaje y gratitud a nuestra «Madre Patria». Señor Cónsul General de España [ 1 ] , Señores Cónsules, Autoridades presentes, Señor Presidente y Directivos del Instituto Argentino de Cultura Hispánica de Córdoba (organizadores de este acto, a quienes agradezco que me hayan confiado este honor). Miembros de la Junta Provincial de Historia de Córdoba; queridos amigos y compatriotas: En esta breve meditación pediré a Virgilio que nos indique un rumbo, como guio a Dante. En La Eneida , Virgilio nos pinta a un héroe caracterizado por la pietas , por la virtud que nos hace reconocer la deuda para con nuestros mayores. Entre las llamaradas en las que ardían los baluartes troyanos, «el piadoso Eneas» rescata a su padre anciano, Anquises, y l

«Conciencia y verdad» - San Juan Pablo II (1920-2005)

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El Papa Francisco ha respondido a las dudas razonablemente planteadas por varios cardenales. Sin embargo, ha utilizado para ello argumentos y teorías que San Juan Pablo II, hace ya tres décadas, había refutado de un modo puntual y clarísimo, en la luminosa encíclica Vertitatis Splendor. Transcribimos aquí sólo un fragmento de ese «hito magisterial». El texto completo del documento, cuya lectura recomendamos vivamente, podrá ser descargado al pie de la página. El sagrario del hombre 54. La relación que hay entre libertad del hombre y ley de Dios tiene su base en el  corazón  de la persona, o sea, en su  conciencia moral:  «En lo profundo de su conciencia –afirma el concilio Vaticano II–, el hombre descubre una ley que él no se da a sí mismo, pero a la que debe obedecer y cuya voz resuena, cuando es necesario, en los oídos de su corazón, llamándolo siempre a amar y a hacer el bien y a evitar el mal: haz esto, evita aquello. Porque el hombre tiene una ley escrita por Dios en su corazó