«Proyecto de misión en Marruecos» - San Carlos de Foucauld (1858-1916)

Frente al desdibujamiento de la verdadera imagen de San Carlos de Foucauld, vaya este escrito que claramente denota su afán y su imperioso deseo por la conversión de los musulmanes al catolicismo.

Hay, pues, almas dispuestas a todos los sacrificios y no teniendo más que una fe: glorificar perfectamente a Jesús imitándole y obedeciéndole perfectamente; éstas son las almas que harán las obras del Corazón de Jesús, que convertirán Marruecos, y a esta victoria seguirán otras.

Si sacerdotes-apóstoles, ardiendo con esta sed, dispuestos a morir y a que les falte todo, con y por Jesús, quieren unirse al miserable que os escribe para tratar de imitar y glorificar a Jesús, que vengan aquí, donde yo tengo los medios necesarios para formar una pequeña vanguardia y lanzarlos sobre Marruecos al primer momento.

Pido humildemente que los sacerdotes-apóstoles tomen la iniciativa de la conversión de Marruecos y nombren inmediatamente una Comisión escogida entre ellos para trabajar en esta conversión...

Obra de la comisión.  Esforzarse en atraer a Marruecos numerosas fundaciones de sacerdotes, religiosos y religiosas; primero los Padres del Santísimo Sacramento y las Hermanas de la Caridad, trapenses, cartujos, Padres blancos y Hermanas blancas.

Es conveniente, al principio, llevar mejor a las órdenes dedicadas puramente a la adoración del Santísimo Sacramento y a la beneficencia; a la contemplación, a la hospitalidad y a los trabajos rústicos, que no a las órdenes dedicadas a la enseñanza y predicación. La adoración de la divina Hostia prepara todo; la beneficencia y hospitalidad, el ejemplo de las virtudes evangélicas, sobre todo las oraciones y la santidad de los siervos y siervas, y más aún el gran número de misas y de Tabernáculos, comenzarán la obra de la conversión... Este período transcurrirá tanto más de prisa cuanto más numerosos sean los sacerdotes y religiosos establecidos en Marruecos. Echad en este surco a todas las Ordenes de enseñanza y predicaciones: salesianos, jesuitas, dominicos, carmelitas, Sociedades de enseñanza, etcétera, etc.

...Lo que yo creo como mejor para la conversión de Marruecos es organizar una pequeña legión de religiosos dedicados, a la vez, a la contemplación y a la beneficencia, viviendo pobrísimamente del trabajo manual, cuya sencilla regla se resumiría en tres palabras: adoración perpetua del Santísimo Sacramento expuesto, imitación de la vida oculta de Jesús de Nazaret, vida en los países de Misión. Esta pequeña legión sería un equipo de vanguardia dispuesta a lanzarse sobre el campo de Marruecos, y a cavar, a los pies de la Santa Hostia, y en nombre del Sagrado Corazón de Jesús, el primer surco en el cual se echarán en seguida, cuanto antes, los misioneros predicadores... Con esta intención, hace año y medio, he pedido y obtenido del reverendo Padre prefecto apostólico del Sahara francés, animado por mi santo y bienaventurado obispo monseñor Bonnet, obispo de Viviers, la autorización para fijarme sobre un lugar de su Prefectura, vecino a la frontera marroquí...

Beni Abbés, pequeño oasis del Sahara en la frontera de Marruecos, es el lugar más propicio para abordar dicho país. Los poblados vecinos parecen menos mal dispuestos que los demás...

En la Navidad última me he sentido más presuroso en hacer un paso en adelante, y he creído obedecer al Sagrado Corazón y llamando a la oración a las almas de quien puedo esperar el concurso para abrir, por medio de una cruzada de oración, la guerra contra Satán.

En la medida de lo posible, he ofrecido Marruecos al Sagrado Corazón. He pedido a la beata Margarita María que me obtenga la gracia de celebrar, dentro de poco, el Santo Sacrificio.

Desde mi llegada, he establecido relaciones con los indígenas, y sobre todo con los marroquíes. Cotidianamente, muchos indígenas vienen a la Fraternidad del Sagrado Corazón, y entre ellos hay marroquíes. Espero poder en un próximo futuro ir con alguno de éstos a su país... Yo querría ir, primero por algunos días; después por algunas semanas, más tarde por algunos meses, y comprar una pequeña propiedad, donde se formaría una nueva Fraternidad del Sagrado Corazón.

Se iría así a un acercamiento. La limosna, la hospitalidad, el rescate y la liberación de esclavos, y aún más, las ofrendas de la divina Víctima, conciliarán los corazones y abrirán los caminos a la predicación abierta. Ésta sonará tanto más pronto cuando esta vanguardia silenciosa sea más fervorosa y numerosa...

Estoy solo, y esto es un estorbo para el pequeño tanteo que espero hacer en Marruecos dentro de algunas semanas, pues sería muy útil tener un compañero de élite para asistir a mi miseria, a fin de evitar cualquier inconveniencia o profanación... Esto debería tentar a bien de almas, pues es casi la gloria la que le es ofrecida, siendo los peligros tan grandes... A pesar de mi deseo de tener compañero, prefiero estar solo que tener a quienes no estén verdaderamente llamados por Jesús y ser verdaderos discípulos de su Corazón... He pedido tres cosas a aquellos que quieran venir: 1º Estar dispuestos a dar su sangre sin resistencia. 2º Estar dispuestos a morir de hambre. 3º Obedecerme, a pesar de mi indignidad.

* En «Escritos Espirituales de Carlos de Foucauld – Ermitaño del Sahara – Apóstol de los Tuareg», con Prefacio de René Bazin. 5ª edición, Editorial Herder – Barcelona – 1988, pp. 210-212.
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