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«Cuando la O.N.U. se llamaba Cristiandad» - Daniel-Rops (Henri Petiot) (1901-1965)

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En este año 1953, en que todo el mundo cristiano festeja a san Bernardo en el ochocientos aniversario de su muerte, la gloria que rodea su memoria nos trae al espíritu una pregunta: ¿Cómo y por qué, a fin de cuentas, aquel monje desarmado, sin otro poder de acción que el de su palabra intrépida, fue elegido árbitro de Europa y aceptado como tal por todos? ¿Cómo se explica la autoridad de aquel «hombre de Estado» que no tenía tras él ni Estado, ni ejército, ni diplomacia? La respuesta es sencilla, pero nos adentra al mismo tiempo hacia el corazón de la realidad misma del mundo medieval y el drama esencial del mundo de nuestros tiempos. Si la humanidad del siglo XII aceptó someterse a las reglas y juicios que le proponía aquel hombre, no fue sólo porque admirara sus méritos excepcionales, que ya hemos visto, sino porque veneraba en él a un santo. ¿Y por qué lo veneraba? Porque veía en él a un testigo de Dios sobre la tierra, y la fe que llevaba en su alma le obligaba a admitir su aut...

El convento de los «cistels» del Saona
DANIEL-ROPS (Henri Petiot) (1901-1965)

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El domingo de Ramos del año 1098, festividad del santo patriarca Benito –de ello hacía ya catorce años–, un grupo de novicios benedictinos habían salido de su abadía de Molesmes en Borgoña para ir a fundar una nueva casa en un lugar solitario entre los «cistels» –juncos– del Saona. Este monasterio había tomado el nombre, que había de hacerse ilustre, de Citeaux. ¿Por qué aquella partida? ¿Por qué aquella fundación? Para comprenderlo, es necesario colocarse de nuevo en el clima de la época, en aquella extraordinaria animación espiritual que trabajaba el alma cristiana desde hacía casi cien años. La Iglesia, durante los tiempos bárbaros, en aquella época trágica que se extiende desde después de las invasiones hasta los alrededores del año mil, había sido el guía y la salvación de la sociedad en peligro. Luchando obstinadamente, en el seno de las tinieblas ensangrentadas, contra el poder mortal de la barbarie, había trabajado tanto en restablecer un orden temporal como en despert...