«La República Liberal» - Víctor Eduardo Ordóñez (1932-2005)

«...El Estado no es la Nación porque la Nación es más, pero la representa, la defiende, la prolonga y, de alguna manera, la encarna...». La República Liberal, tal como la conocemos y la padecemos, nació entre nosotros en la batalla de Caseros, es decir, con el triunfo de una facción sobre otra y sobre la Nación misma. Esto se ha dicho aquí, en estas páginas, y si lo recordamos ahora no es sólo porque cada tanto conviene recordar las claves ocultas de la historia y de la estructura del país sino porque ese dato adquiere una vigencia vital en estos días; sin él se corre el riesgo cierto de entender nada del presente. Y no en balde el liberalismo victorioso ocultó y deformó el pasado a sabiendas, ya que de esa manera conseguía disimular las tendencias y las fuerzas que ponía en marcha con su triunfo, es decir ocultar las claves del futuro ‒que es nuestro presente‒ al que forjaba a partir de ese momento. El hecho fundamental, esencial, básico, ineludible ‒casi decimos único‒...