Diario de Guerra (fragmento) - Beato Pere Tarrés (1905-1950)
Gracias a una reciente entrega en el blog «La Cigüeña de la Torre», tomamos conocimiento del texto que más abajo reproducimos, y que encontramos transcripto, además, en un número de la revista Verbo Speiro. Suponemos que frente a la gran cantidad de lectores y seguidores de aquel afamado blog español, la publicación en el nuestro -muchísimo más modesto- no aumentará en mucho su lectura. Aun así, nos damos el gusto de divulgarlo también aquí, dado lo valioso de su contenido. Y agradecemos, por cierto, el beneplácito del amigo Pacopepe que, por su generosidad, desde ya descontamos. Ha hecho él en su entrada, una excelente introducción que nos aclara diversas circunstancias tanto sobre la vida del Beato como acerca de la edición de su libro «Diario de Guerra». Y en la mencionada revista Verbo, el escrito en cuestión se encuentra inserto en un artículo de Juan Vallet de Goytisolo, también con interesantísimos rasgos de la vida del Beato y de su obra. Ambos textos, cuya lectura recomendamos, podrán ser descargados al pie de la página.
»Dios mio, ¿es posible que
llegue la hora de la liberación? ¡Benedicite
omnia opera Domini Domino! Cuando todo parecía hundido. Tú has resurgido
lleno de gloria. ¡Señor, es tu gloria lo único que me interesa, la única cosa
por la cual late mi corazón! ¡Dios mío, Dios mío, gracias por haberme permitido
presenciar tanto gozo, la alegría de un pueblo que resucita! ¡Dios mío, Dios
mío! ¡Laudate Dominum!
»A las cinco de la tarde, en medio
de una emoción indescriptible, Radio Asociación de Cataluña ha señalado la
entrada del Ejército Nacional liberador de España en las Ramblas. Ha sido algo
grandioso. A los gritos de “Arriba España” y “Viva Franco”, con la voz fatigada,
casi sin aliento, han anunciado a los cuatro vientos la conquista de Barcelona.
Las lágrimas casi han asomado a los ojos. La emoción y el entusiasmo populares
que se han lanzado a la calle han sido formidables. No he podido resistir la
alegría; me he puesto el traje de paisano y hemos salido a la calle con los
amigos Casanelles y Pedrerol. La gente aclamaba por la calle a las tropas y las
columnas motorizadas que iban llegando, aclamando a Franco y a la España única,
libre y grande. Nos abrazábamos en plena calle. La gente te paraba en medio de
felicitaciones y gritos de alegría. Abrazos, besos, lágrimas. ¡Dios mío, qué
admirable! ¡Ha sufrido tanto Cataluña! ¡Ha llegado la hora de su liberación! He
ido a casa y hemos rezado una estación al Santísimo. Hemos ido a casa de Pedro
Llumá, mosén Pedro Llumá, y de allí con Rof y Bassols a casa del padre
Torrents, que nos ha recibido lleno de alegría.
»¡Viva Cristo Rey! ¡Viva Cristo,
Dios de amor!
»¡Viva la Virgen de Montserrat!
¡Viva la Purísima e Inmaculada Concepción, patrona de España!
»Me he sentido profundamente
español y nunca como hoy me sale del corazón un grito bien alto de:
»¡Viva España! ¡Viva Cataluña
española! España está destinada a ser una gran fuerza: Ella será el nuevo hogar
del cristianismo. Dios mío, ilumina a Franco y los otros dirigentes, para que
todos sus actos estén informados por las doctrinas de amor y de paz cristianos,
como hasta ahora.
»¡Dios mío, salva a la Patria!
Te ofrezco todos los sufrimientos y angustias padecidos hasta ahora. Por nada
del mundo querría cambiar esta satisfacción de haber sufrido por amor a Ti. Que
estos años de sufrimientos sirvan para tu gloria y para la santificación de mi
alma.
»Los generales del Ejército han
pronunciado ahora una alocución formidable, que ha encendido nuestro corazón,
hablando de amor, de paz y de justicia.
»Virgen María, Madre mía,
contempla la gloria de tu Hijo. Reina de España, continúa velando por nuestra
Patria. Reina nuestra, que pronto los templos canten tus glorias. ¡Aumenta mi
vocación, auméntala mucho, mucho! Hazme un gran apóstol de tu Hijo y de tus
grandezas. ¡Dios te salve, María! Madrecita mía, consuela a las familias a las
que les faltarán tantos seres queridos que contemplan nuestra alegría desde el
cielo. Que ellos continúen velando por la salvación de la Patria. Madre mía, consuela
a tantas madres desoladas, tantas hermanas, tantas esposas viudas, tantos
huérfanos...
»Jesús mío, te ofrezco a Ti todo
este sufrimiento, este sufrimiento colectivo, toda la sangre derramada, todo el
dolor de tus hijos; y la vida de tantos inocentes y de tantos amigos...
»Los desgraciados de la CNT-FAI
están resistiendo todavía. Es cosa de pocas horas. Que Dios se apiade de
ellos.
»¡Viva Cristo Rey! ¡Viva España
cristiana! ¡Viva Cataluña española!
»Y pongo fin a mi Diario de
guerra».
* En el Blog «La Cigüeña de la Torre», 2.02.22, que puede verse aquí; y en Revista «Verbo Speiro», n° 431-432, 2005, que puede descargarse aquí.
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