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Mostrando las entradas de diciembre, 2020

«La ocasión: 1095» - Hilaire Belloc (1870-1953)

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      El impulso del que nació la Cruzada fue obra de un solo hombre.      No es frecuente que, en historia, pueda decirse esto en forma tan categórica como puede decirse de los sucesos de 1095. Los grandes movimientos de esta naturaleza surgen de la profunda e infinitamente compleja masa de lo humano. Tantas veces se ve surgir una tendencia, se advierte que obran por debajo fuerzas confusas, se percibe cierta convergencia general que precede y forma un movimiento cataclísmico. Es como si miráramos una de esas grandes olas que hacen surgir sus crestas de las profundidades, monstruosas y ciegas. Ocurrió así con la revolución religiosa del siglo XVI y con el derrumbamiento occidental del gobierno central de Roma en el siglo V. No ocurrió así con la Gran Cruzada.       Existían todas las tendencias, así como las confusas convergencias de fuerzas, pero el comienzo de la acción, la chispa, la empresa, fue obra de una sola voluntad y de una sola voz que actuó sobre el material ya preparado.

«Levantad vuestras cabezas porque vuestra redención se acerca» - San Rafael Arnáiz Barón (1911-1938)

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Con la presente publicación, «Decíamos ayer...», desea a todos sus lectores una muy feliz y santa Navidad. 22 de diciembre de 1936 Navidades de 1936... ¡Navidad!..., ¡fiesta del Cielo, fiesta en el alma..., fiesta en el hogar!... De muchas maneras se puede celebrar la fiesta de las fiestas... De muchas maneras se puede esperar al Dios que va a nacer entre los hombres. De muchas maneras celebra el mundo el acontecimiento de la llegada de Dios. Es la primera vez en mis 25 años, que no estoy en casa de mis padres durante la Navidad. Voy a celebrarla este año en una Trapa, de muy diferente manera que otras veces. No sé si mejor o peor, sólo sé que con más austeridad y mayor recogimiento. ¡Navidad!... ¡Cuántas cosas me recuerda!... ¡Cuántas cosas me dice esta palabra!... En estos días luchará mi alma de monje que sólo busca el amor de Jesús en el silencio y la soledad, y mi alma de hombre sensible, aun no muerta a los quereres humanos, y que en su flaqueza añora el calor de la

«Expectación de la Gracia» - César E. Pico (1895-1967)

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Non decent stultum verba composita (Prov. XVII, 7). El orden universal de las criaturas, el mundus intelligibilis de los antiguos, en nada manifiesta tanto su armonía jerárquica como en esa aptitud de congruencia respecto a la gracia que Santo Tomás considera tan honda y amorosamente. La naturaleza está en expectación de la gracia. La sobrenaturaleza asume, capta y sobreeleva a los seres naturales sin destruir su esencia: el Creador preestableció la armonía insertando en sus criaturas una aptitud receptiva, congruente con su destino sobrenatural. Y esa aptitud que no es la gracia, sino una predisposición para recibirla, permite contemplar el plan divino de la creación como una vasta jerarquía celeste sin solución de continuidad. Túnica inconsútil, destinada a manifestar la gloria de Dios ocultando a la Palabra creadora. Porque es gloria de Dios velar la palabra (Prov, XXV, 2). Por eso, cuando la Verdad fue despojada de su túnica y se manifestó desnuda y levantada para atraer

«La causa del mal» - Eugenio Vegas Latapié (1907-1985)

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Una exacta y magistral síntesis de la historia de España de los últimos siglos. Con una aguda intuición de los efectos que luego traerían las causas allí señaladas; y de una asombrosa actualidad. En su número 85, A CCIÓN ESPAÑOLA del 1 de marzo de 1936, publicaba el último de sus editoriales: L A CAUSA DEL MAL , debida a la pluma de nuestro amigo Eugenio Vegas Latapié, académico numerario de la Real de Ciencias Morales y Secretario del Consejo de Estado. Este editorial le valió ser galardonado con el premio «Luca de Tena 1936», y fue reproducido en la A NTOLOGÍA de A CCIÓN E SPAÑOLA , publicada en Burgos, un año después. Su contenido, que era entonces de gran actualidad, sigue siéndolo hoy en idéntico si no mayor grado. Por eso, creemos oportuno reproducirlo aquí en VERBO seguros de que para nuestros lectores les será motivo de seria reflexión y enseñanza. España agoniza de ignorancia desde que olvidó los verdaderos principios religiosos, sociales y políticos. Hace dos siglos que

«Adviento – Solemnidad de la juventud» – P.Johannes Pinsk (1891–1957)

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Cuando hablamos de Adviento como solemnidad de la juventud, esto debe ser entendido así: la actitud juvenil –el ser joven con sus exigencias esenciales– es la que recibe de la Iglesia una expresión solemne y una forma radiante el Adviento. Ser joven es, en su esencia, ser dirigido hacia el futuro. La suma de los años de vida no diferencia, decisivamente la juventud y la ancianidad. Se es joven en la medida en que la espera del futuro es el poder definitivo y moldeador de la vida, en tanto que es viejo aquel que sólo vive considerando el pasado en los recuerdos. El Adviento de la Iglesia es la gran espera del gran futuro; gira en torno a la venida del Señor. Pero misal y breviario de la Iglesia Romana hacen distinguir claramente que no se evoca mucho Su venida a Belén. El nacimiento del Señor es, como acontecimiento histórico, el fundamento de la completa obra redentora de Cristo. Aun cuando no sea, en modo alguno, un suceso insignificante y accesorio, no es, sin embargo, nada más que