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Mostrando las entradas de julio, 2019

Jardín Cerrado
LEÓN BLOY (1846 - 1917)

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    Jesús salió de María como Adán del paraíso terrenal, para obedecer y para sufrir. María está figurada, pues, por el jardín de delicias «plantado por Dios desde el principio...». El segundo capítulo del Génesis es absolutamente incomprensible si no pensamos en María, y, aunque es cierto que todo es incomprensible sin ella, ¡cuánto más esto!     Este jardín cerrado desde la Desobediencia, hortus conclusus , para tribulación o desesperación de una multitud de millares de seres, era el término de las «generaciones del cielo y de la tierra», según la expresión enormemente misteriosa del Libro santo.     Era un maravilloso jardín donde no llovía nunca. Una fuente subía de la tierra para regarlo y un río, anterior a todas las geografías, salía de aquel paraíso para dar luego en cuatro grandes ríos cuyos nombres significan o parecen significar: Prudencia, Templanza, Agilidad del Espíritu, Fecundidad –según dicen los intérpretes más sabios. Es preciso creer que esos cuatro nombres

La vuelta de la bandera
JOSÉ MARÍA PEMÁN (1897-1981)

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Se cumple hoy un nuevo aniversario del glorioso «Alzamiento» que dio origen a la última Cruzada. Publicamos entonces este magnífico discurso radiofónico pronunciado por Pemán en Sevilla, a los pocos días de dicha gesta.    Sevillanos; españoles todos que me escucháis: Ante todo agradezco en el alma al glorioso general Queipo de Llano la honra que me concede cediéndome este micrófono, por el que quisiera, si fuera posible la paradoja, describir algo del indescriptible día de hoy. Pasó, al fin, la dura cuaresma de la Patria. Hoy se ha rasgado el velo morado que habían echado sobre su semblante auténtico. ¡Hoy es la Pascua florida de la resurrección de España! Porque hoy has llegado tú, vieja bandera nuestra. Has llegado con exactitud de enfermera, a la hora del dolor y del consuelo; con puntualidad de novia, a la hora en que nuestra impaciencia no admitía ya más espera. Cuando tenías que llegar: ni antes ni después. Ni antes, que hubiera sido sacrilegio traerte a presidir la

«Ricardo Güiraldes»
IGNACIO BRAULIO ANZOÁTEGUI (1905-1978)

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Ricardo Güiraldes tenía el nombre gaucho como él solo. Nombre de estanciero con estancia grande en la mitad de la pampa, abandonada y quieta. Nombre anudado de años, en la silenciosa paciencia del descampado. Nombre para decirlo en el guitarreo largo de los anochecidos, como si fuera el santo y seña de la pampa. Ricardo Güiraldes supo llevar su nombre igual que una esperanza, al tranquito, y acariciándole el cuello, en dirección a la fama. Y la noche del campo se le venía encima como una purificación. Él conoció la gloria de que la pampa misma le llamara por su nombre entero, en las tardes tranquilas y silenciosas. Y se sintió nombrar en las roldanas madrugadoras de los claros aljibes embaldosados de cielo y de mañana. Como nadie, él recorrió la pampa de punta a punta, al galope tendido, con su constancia larga. Él se sabía todas las mañas del pampero que se viene caracoleando desde lejos. Y que en los árboles de la estancia se infla fuerte, como azotando sábanas moj

La debilidad de la violencia
JUAN FRANCISCO GUEVARA (1922-2009)

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    La década que comienza en 1853 dio a nuestro país la primera Constitución pero también nos brindó matanzas, fraudes, la separación egoísta y lamentable de Buenos Aires, el derrocamiento del segundo presidente constitucional, Derqui, propiciado por Mitre y consentido por Urquiza y la serie larga de iniquidades sin cuento, silenciadas por la historia oficial, que hicieron tabla rasa con toda oposición a los hombres de Buenos Aires para imponer éstos su propósitos e ideas sobre el interior.    Derrotado en forma absoluta uno de los bandos, pudo el otro dedicarse a la tarea de dar a nuestro país un ordenamiento jurídico determinado, una cierta estructura política y propender al progreso material acorde con nuestras enormes posibilidades naturales.    La llamada generación del ’80, una de cuyas figuras principales es el teniente general Julio Argentino Roca, concreta esta labor ordenadora, trabajando sobre un pueblo cansado por casi tres cuartos de siglo de luchas y dolores terri