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Mostrando las entradas de enero, 2021

«El Renacimiento, renació la llaga del antiguo pecado» - Fray Mario José Petit de Murat (1908-1972)

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I-  Se ha querido darle el carácter de una de las tantas Eras o acontecimientos de la Historia, cuando en realidad es un suceso del espíritu. Hechos como la ruina de Nínive o la batalla de Waterloo son históricos porque están evidentemente motivados por causas históricas. En cambio, no podemos enumerar entre ellos a uno muy excepcional, el cual se debe a una acumulación enorme de causas espirituales, todas ellas anticristianas.     Entendamos bien: las causas anticristianas se encuentran en los mismos cristianos vueltos contra el Cristianismo. El Islam, por ejemplo, no puede considerarse una fuerza de esa índole, no pasa de ser una concurrencia histórica con aptitud para lesionar nada más que la realidad externa y temporal –es decir, histórica– de la Cristiandad. Otro tanto acaece en el orden de las ideas, entre la mentalidad griega y la cristiana. Nunca la una podrá destruir a la otra, porque pertenecen a géneros distintos que no se rozan ni se contradicen. No hay antagonismo po

«Que trata de cómo menudearon sobre don Quijote aventuras tantas...» (fragmento) - Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616)

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[...] En estos y otros razonamientos iban los andantes, caballero y escudero, cuando vieron, habiendo andado poco más de una legua, que encima de la yerba de un pradillo verde, encima de sus capas, estaban comiendo hasta una docena de hombres, vestidos de labradores. Junto a sí tenían unas como sábanas blancas, con que cubrían alguna cosa que debajo estaba; estaban empinadas y tendidas, y de trecho a trecho puestas. Llegó don Quijote a los que comían, y, saludándolos primero cortésmente, les preguntó que qué era lo que aquellos lienzos cubrían. Uno dellos le respondió: –Señor, debajo destos lienzos están unas imágines de relieve y entabladura [1]  que han de servir en un retablo que hacemos en nuestra aldea; llevámoslas cubiertas, porque no se desfloren, y en hombros, porque no se quiebren. –Si sois servidos –respondió don Quijote–, holgaría de verlas, pues imágines que con tanto recato se llevan, sin duda deben de ser buenas. –Y ¡cómo si lo son! –dijo otro–. Si no, díg

«Un poeta contra la usura» - Rubén Calderón Bouchet (1918-2012)

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    Los males de nuestro tiempo son muchos, pero uno de los más funestos es, indudablemente, el papel determinante que asumió la economía en el proceso de todas las actividades del espíritu. Ezra Pound lo vio así desde que comenzó la difícil tarea de pensar por su cuenta y se hizo conscientemente fascista contrariando los sentimientos de su pueblo y de su educación. El fascismo representó para él el único camino transitable para devolver a la economía su situación de sierva en el orbe de nuestra civilización.    Nació en Idaho, Estados Unidos, el 30 de octubre de 1885 y luego de realizar estudios en la Universidad de Pensilvania y en el Hamilton College, fue encargado del curso de literatura romántica en la misma universidad donde estudió. A partir de 1910 vivió más en Europa que en los Estados Unidos. Sus continuos viajes a Italia lo pusieron en contacto con Mussolini y se convirtió en un admirador entusiasta de su régimen político. Indudablemente, los norteamericanos nunca pudi

«Los tres Magos» - Giovanni Papini (1881-1956)

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          Algunos días después, tres Magos llegaban de la Caldea, y se postraban ante Jesús. Acaso venían de Ecbatana, tal vez de las orillas del mar Caspio. Caballeros en sus camellos, con las petacas repletas colgadas de las sillas, vadeado habían el Tigris y el Éufrates, atravesado el gran Desierto de los Nómades, contorneado el Mar Muerto. Una estrella nueva –semejante al cometa que aparece de tarde en tarde en el cielo para anunciar el nacimiento de un Profeta o la muerte de un César– los había guiado hasta Judea. Habían venido para adorar a un Rey y se encontraron con un recién nacido, mal fajado, escondido en un Establo. Casi mil años antes que ellos, una reina de Oriente había venido en peregrinación a Judea, trayendo ella misma sus dones: oro, aromas y piedras preciosas. Pero había encontrado a un gran rey en el trono, al rey más grande que haya reinado en Jerusalén y de sus labios había aprendido lo que antes nadie había sabido enseñarle. En cambio, los Magos, que se creí