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Mostrando las entradas de enero, 2022

«El tiempo de la nada» - Aníbal D’Angelo Rodríguez (1927-2015)

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  «El despertar de un sueño» Con este título nos tropezamos en el número de Diciembre de 2010 de «Le Monde Diplomatique». Y con sorpresa comprobamos que es una crónica y comentario descarnados del fin del socialismo real, hechos a partir del rotundo comentario de Fidel Castro sobre el modelo cubano (que, según su mismo creador, «no funciona»). En realidad se trata de un editorial, firmado por el conspicuo director de la publicación, el ex militante erpiano Carlos Gabetta. Que se soltó el pelo y volcó todas sus decepciones de marxista leninista... pero también, como se verá, sus reparos y salvedades. Porque todo el suelto está construido tratando de nadar y salvar la ropa. Sí, el sueño no funcionó, mas no está todo dicho: la Unión Soviética se derrumbó, pero no hay que olvidar que fue un «noble, extraordinario intento inicial» que «devino una caricatura de sí mismo y acabó en debacle» . Sí, Vietnam se volvió capitalista, pero bien puede rescatarse que en el origen era una colonia

«Permanencia del pensamiento clásico: Las meditaciones de Marco Aurelio» - Patricio H. Randle (1927-2016)

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Como es sabido, Marcus Annio Verus entró en la historia como Emperador Marco Aurelio habiendo vivido entre 121 y 180 ya en la era cristiana. La familia de su padre -como la de Trajano- era española, aunque residió en Roma muchos años y recibió el rango de patriciado de Vespasiano. Huérfano desde la tierna infancia, su padre adoptivo fue el Emperador Antonino Pio en 161 que reinó durante una época de paz y prosperidad. A Marco Aurelio, por el contrario, le tocó un tiempo de inundaciones y hambrunas, terremotos en Asia, ataques bárbaros a la frontera norte, motines y sediciones de los legionarios en Gran Bretaña. Pese a ello, en medio de la campaña contra los germanos, Marco Aurelio halló tiempo y ganas para escribir sus famosas Meditaciones , «pensamientos dirigidos a sí mismo» y sin intención de publicarlas. Aunque estoico declarado, bajo su poder no hubo persecución sistemática de los cristianos, pues si bien de hecho eran punibles no se los buscó deliberadamente durante su reinad

«Estudio Preliminar» (a «6 ensayos y 3 cartas») - Rubén Calderón Bouchet (1918-2012)

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Se puede fijar el período que va del año 1940 a 1945 como una etapa decisiva en el desarrollo de la conciencia nacional. La pléyade de escritores nacida en los comienzos del siglo alcanza su madurez y junto con los frutos de una labor, hasta ese momento silenciosa, la vemos entrar de lleno en la vida política del país, para arrojar sobre el platillo de la balanza el peso de su inteligencia. Sería un exceso de humildad despreciar el esfuerzo de los escritores nacionalistas que lograron la plena posesión de sus recursos espirituales en esos años. Libros, revistas y folletos están llenos de un lúcido desvelo por el sentido y el porvenir de la patria. Se habló de liberación, pero se plantearon los problemas de la independencia, en términos que denotaban la frecuentación de los grandes clásicos del pensamiento político y con un claro conocimiento de los objetivos propuestos. Entre esos escritores, los más brillantes que el país produjo, se destacó con caracteres bien nítidos la figura del P

«Cuento de Noche Buena» - Rubén Darío (1867-1916)

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«Los gentiles vendrán hacia tu luz, y reyes a ver el resplandor de tu nacimiento... Muchedumbre de camellos te inundará, dromedarios de Madián y Efá. Todos ellos vienen de Sabá, trayendo oro e incienso, y pregonando las glorias de Yahvé» (Is. LX, 3,6). ¡Muy feliz fiesta de la Epifanía del Señor! El hermano Longinos de Santa María era la perla del convento. Perla es decir poco, para el caso; era un estuche, una riqueza, un algo incomparable e inencontrable: lo mismo ayudaba al docto fray Benito en sus copias, distinguiéndose en ornar de mayúsculas los manuscritos, como en la cocina hacía exhalar suaves olores a la fritanga permitida después del tiempo de ayuno; así servía de sacristán, como cultivaba las legumbres del huerto; y en maitines o vísperas, su hermosa voz de sochantre resonaba armoniosamente bajo la techumbre de la capilla. Mas su mayor mérito consistía en su maravilloso don musical; en sus manos, en sus ilustres manos de organista. Ninguno entre toda la comunidad conocía c