«Una nota sobre el nudismo» - Gilbert K. Chesterton (1874-1936)
Algunos de los escritores modernos más inteligentes tienen una estrecha costumbre contra la cual quisiera protestar. Consiste en negarse totalmente a expresar la opinión de los demás tal cual es y a considerarla según sus propios méritos. El escritor moderno debe suponer que es cuestión de elegir entre su propia opinión extrema y algo que está en la otra punta. Hallé un ejemplo curioso en un libro excelente de Cicely Hamilton llamado Modern Germanies. Hacía referencia a la secta de los nudistas, que han renovado la vieja herejía de los adamitas y andan muy tranquilos sin ropa, y se toman muy en serio; como si la desnudez fuese un invento moderno. Creo que la señorita Hamilton en verdad vaciló un poco, pues sus instintos de persona civilizada la llevaron a reír, y sus instintos de progresista, a aplaudir. Entonces, ¿qué hace? Inmediatamente, repite la vieja historia de Pablo y Virginia, la novela muy artificial y sentimental del siglo XVIII, en la que la heroína se ahoga porque se nie